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Salud

El aceite de oliva es una de las grasas vegetales más antiguas. Desde hace cinco milenios, las múltiples civilizaciones que se han desarrollado en torno al Mediterráneo han mantenido el aceite de oliva como uno de los elementos constitutivos de sus respectivas culturas, cultivándose el olivo en la Península Ibérica desde el Siglo XI a.C.

Actualmente constituye uno de los pilares de la dieta Mediterránea, y es también conocido como “el oro líquido” ya que, además de ser gratificante para el paladar, en las últimas décadas diversos estudios han comprobado sus cualidades nutricionales y sus numerosos beneficios para la salud.

Entre estos beneficios, podemos destacar:

Ayuda a bajar el colesterol y previene las enfermedades cardiovasculares
Gracias a su contenido en ácidos grasos monoinsaturados, ayuda a reducir los niveles de colesterol malo (LDL); a su vez, los fito-esteroles aumentan el colesterol bueno (HDL). Con ello se mejora la circulación sanguínea y se disminuye la presión arterial.

Previene el envejecimiento
Gracias a la gran cantidad de vitamina E y de polifenoles -un antioxidante natural- que contiene, el aceite de oliva es un antioxidante muy importante que retrasa el envejecimiento, protege frente al estrés oxidativo celular, mejora las funciones cognitivas y ayuda a prevenir enfermedades degenerativas como el Alzheimer.

Preserva los huesos
Contribuye a una correcta mineralización de los huesos y a su desarrollo, evita la pérdida de densidad ósea y previene la osteoporosis. Por ello, es muy importante que esté presente en la dieta de los niños durante el crecimiento, y también en la edad adulta para limitar la pérdida de calcio.

Protege el corazón
Los componentes antioxidantes del aceite de oliva virgen extra como Esencia Suprem frenan la formación de la placa de ateroma en los vasos sanguíneos, previniendo la obstrucción de las arterias (aterosclerosis) y protegiendo el corazón.

Favorece la función digestiva y reduce la secreción ácida gástrica, protegiendo frente a las enfermedades gastrointestinales.

Ayuda a controlar la presión
Para controlar la hipertensión los expertos recomiendan una dieta rica en frutas y vegetales. ¿Un importante derivado? El aceite de oliva. Un estudio publicado por el American Journal of Clinical Nutrition demostró que su consumo tiene un impacto directo en el control tanto de la presión sistólica como de la diastólica.

Mejora el PH del organismo aumentándolo, debido a la mejor absorción del calcio y del magnesio.

Previene el estreñimiento
Mejora la digestión de los nutrientes al estimular la secreción de bilis por la vesícula biliar, lo que ayuda a evitar digestiones lentas o pesadas de las grasas.

Controla la diabetes
Estudios publicados por la American Diabetes Association demuestran que el consumo de aceite de oliva regula la producción de insulina pancreática, controla los niveles de glucosa y retrasa el tratamiento con medicamentos en pacientes recién diagnosticados con diabetes.

Combate el cáncer de mama
Otras bondades del aceite de oliva salieron a relucir en un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Barcelona, que asegura que el ácido oleico y un grupo de antioxidantes contenidos en el aceite disminuyen la actividad del oncogén y estimulan la muerte de las células que forman los tumores en las mamas. Los resultados obtenidos en diversos estudios científicos han demostrado una menor incidencia de varios tipos de cáncer en países mediterráneos (los principales consumidores de aceite de oliva) en comparación con países del Norte de Europa y Estados Unidos. Es lo que ocurre, por ejemplo, con el cáncer de mama, relacionado con el consumo de grasa saturada de origen animal.

Previene accidentes cerebrovasculares
Por primera vez, en el año 2011, un estudio realizado en Francia reveló que las personas que consumían aceite de oliva frecuentemente, es decir, en los guisos, ensaladas y hasta para añadir sabor a los alimentos, tenían un riesgo 41 % menor de sufrir un accidente cerebrovascular.

Tiene acción antiinflamatoria
El oleocantal, un componente orgánico natural del aceite de oliva que le aporta parte del sabor del aceite, le aporta igualmente propiedades antiinflamatorias parecidas a las del ibuprofeno.

Proporciona vitaminas E y K
Cien gramos de aceite de oliva extra virgen proporciona el 96 % del consumo diario recomendado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) de vitamina E —un importante antioxidante— y un 50 % del consumo diario recomendado de vitamina K, que ayuda a incrementar la densidad ósea y también juega un rol importante en la prevención del mal de Alzheimer al prevenir el desgaste de las neuronas del cerebro.

La realidad de estos beneficios viene apoyada por numerosos estudios científicos, realizados principalmente en España y Estados Unidos, que constatan, bajo rigor científico, resultados beneficiosos del aceite de oliva virgen para la salud humana, teniendo en cuenta que no se trata de un tratamiento farmacológico, sino un método para prevenir enfermedades a través de la dieta. Veamos algunos de estos estudios:

1. Investigadores del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba han llevado a cabo un estudio para determinar cómo influyen los micronutrientes de algunas grasas sobre las enfermedades cardiovasculares, la diabetes o el cáncer, y si su ingesta puede modificar el proceso inflamatorio en personas sanas. Los resultados han confirmado los beneficios de esta variedad de aceite para la salud y muestran que su ingesta modula a la baja los mediadores inflamatorios en personas sanas. En el estudio se apunta la posibilidad de que algunos micronutrientes actúen por un efecto directo, similar al de los fármacos antiinflamatorios. Las revistas American Journal of Clinical Nutrition, Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism o Atherosclerosis se han hecho eco de los resultados de este trabajo.

Para el doctor Pablo Pérez Martínez, codirector del estudio, "la característica fundamental del aceite de oliva es su riqueza en antioxidantes, que lo convierte en una grasa única. Es importante clarificar cuál es el valor añadido de sus componentes, ya que es el único camino para establecer que una dieta sana debe tener al aceite de oliva como grasa fundamental."

Entre los efectos beneficiosos del consumo de aceite de oliva en la dieta mediterránea, Pérez Martínez señala que "reduce el colesterol perjudicial (LDL), disminuye la presión arterial, mejora el control de la diabetes y disminuye la tendencia a producir trombosis. En los últimos años, se dispone de otros aceites para la nutrición humana con una composición grasa parecida, pero tienen una diferencia fundamental con el procedente de la aceituna, y es que "este último es un zumo natural, que contiene microcomponentes no grasos, de gran interés biológico, entre los que se incluyen la vitamina E, los carotenos, el escualeno, la clorofila y, en especial, los compuestos fenólicos".

Además, señala el investigador, los estudios más recientes están definiendo que hay algunos beneficios que dependen o se potencian con la ingesta de aceite de oliva rico en microcomponentes, como sucede en el caso del aceite de oliva virgen extra y sus propiedades antiinflamatorias, que serían un nuevo valor añadido, junto al resto de efectos beneficiosos ya conocidos.

2. Un estudio del Centro de Estudios Químico-sensoriales Monell de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos), dirigido por el Biólogo Gary Beauchamp, señala en la prestigiosa revista Nature que "Algunos de los efectos saludables relacionados con la dieta mediterránea se podrían deber a la actividad natural anti‑COX del oleocanthal encontrado en los aceites de oliva de alta calidad".

El equipo de investigación ha hallado en el aceite de oliva virgen extra un compuesto que han bautizado como oleocanthal, que, según sus investigaciones, inhibe la actividad de las enzimas de la ciclooxigenasa (COX), una acción farmacológica en la que se fundamente la acción de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos y analgésicos, como el ibuprofeno. Según el estudio, 50 gramos de aceite de oliva extra virgen contienen hasta 200 microgramos de oleocanthal, equivalente al 10% de la dosis recomendada de ibuprofeno para el alivio del dolor adulto.

3. La Dra. Sánchez‑Albornoz, especialista en dietética y nutrición de la Clínica lnstimed indica que "el aceite de oliva virgen extra es rico en vitaminas A, D, K y especialmente en E, muy beneficiosa para los tejidos, además de proteger contra determinados tumores, cardiopatías y arteriosclerosis". "Asimismo, su poder antioxidante mejora la calidad del organismo, que todo funcione correctamente, previene el envejecimiento... Los antioxidantes son la fuente de la eterna juventud".

4. Aunque todavía se requieren más estudios que concreten el poder anticancerígeno del aceite de oliva, algunos científicos apuntan ya en esta dirección en sus respectivos trabajos. Por ejemplo, expertos españoles en oncología demostraron que el ácido oleico es un activo importante a la hora de frenar la actividad de un gen implicado en un 20% de los tumores de mama más peligrosos. Las estadísticas también insisten en esa relación: en España, donde el aceite de oliva es la base de la dieta, los cánceres de mama y de colon son un 28% y un 42% menos frecuentes respecto a la media de la Unión Europea. La Dra. Sánchez‑Albornoz considera que esto se debe a los efectos saludables del aceite de oliva virgen. "Como contribuye a mejorar el estado de salud, indirectamente, puede ser anticancerígeno. Por ejemplo, combate el estreñimiento y mejora las digestiones, lo que sirve para luchar contra el cáncer de colon". Pero, como ocurre con prácticamente todos los alimentos, hay que consumirlo en su justa medida.

5. El proyecto Eurolive, del año 2006, proporcionó a los facultativos de toda Europa la evidencia necesaria para que pudieran recomendar el aceite ‑particularmente virgen extra‑ a los pacientes y al público sano en general. Dirigido y coordinado por el equipo de Maria Isabel Covas, del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM) del Hospital del Mar, en Barcelona, el proyecto se llevó a cabo entre el 2003 y el 2005 en cinco países europeos (España, Dinamarca, Finlandia, Italia y Alemania) y consistió en que 200 voluntarios sanos ingirieran 25 mililitros al día de tres tipos similares de aceite de oliva, pero con distinto contenido en polifenoles (o moléculas naturales que contienen antioxidantes). Los resultados mostraron que a mayor contenido de estos componentes había un mayor incremento del denominado colesterol bueno y, también, una menor oxidación de los lípidos que intervienen en el desarrollo de la arterosclerosis y, en consecuencia, el infarto de miocardio. El estudio ha sido una pieza clave para que la European Food Safety Authority (EFSA) ‑una agencia europea de seguridad de los alimentos‑ emitiera una recomendación de salud concerniente a los beneficios del consumo de aceite de oliva rico en polifenoles, es decir, el virgen. Covas remarca esta aportación, ya que la EFSA, en sus once años de existencia, ha permitido muy pocas recomendaciones de este tipo para los alimentos.

6. "Envejecer está asociado a un estado proinflamatorio, y estos procesos se caracterizan por la producción de unas determinadas proteínas", según José Manuel Villalba, del departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología de la Universidad de Córdoba. Villalba y su equipo de investigadores hallaron que el consumo de aceite de oliva virgen reduce los niveles de muchas de estas proteínas, lo cual indicaría un mejor estado antiinflamatorio y, por consiguiente, una mejor y más sana longevidad. "Por otro lado ‑añade el científico‑, el envejecimiento también está asociado a una situación de mayor estrés oxidativo de las células, algo que, de nuevo, se debe a la producción de un conjunto de proteínas. Pues bien: el consumo de aceite de oliva virgen disminuye la aparición de estas proteínas gracias a sus efectos antioxidantes". Para entenderlo de otra forma, el zumo de la aceituna incorporado en nuestra dieta equilibra los agentes oxidantes con nuestras defensas antioxidantes. Es lo que se conoce como equilibrio saludable.

7. Un estudio liderado por Javier Menéndez, del Instituto de Oncología (ICO) en Girona, ha sido pionero en establecer la hipótesis de que el ácido graso monoinsaturado, mayoritario en el aceite de oliva virgen extra, es decir, el oleico, "es capaz de ejercer sus supuestas acciones saludables al regular la expresión de los genes implicados directamente en el origen y desarrollo de ciertos tumores" ‑principalmente el de mama‑, según explica el científico. En este sentido, el hallazgo principal del grupo fue observar que este ácido es capaz de suprimir "la expresión de uno de los oncógenos humanos o genes responsables de la transformación de una célula normal en una maligna". Javier Menéndez remarca que hay que "tomar con cautela" los resultados de estos estudios llevados a cabo bajo control en laboratorios. Pero lo que sí ha quedado demostrado con ellos es el efecto supuestamente beneficioso de algunos de los componentes del aceite de oliva en términos estrictamente moleculares.